El crimen organizado se ha apoderado de los niños y adolescentes del país debido a su vulnerabilidad ante la falta de oportunidades tanto en educación como en empleo, comentan expertos.
El 3 de diciembre de 2010 se daba a conocer el caso de Edgar Jiménez Lugo, un joven de 14 años que fue detenido por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), tras torturar y asesinar a cuatro personas.
Los asesinados eran enemigos del Cártel del Pacífico Sur, el grupo delictivo para que el menor trabaja y del cual, de acuerdo con sus declaraciones, recibió más de 2 mil 500 pesos para ejecutar gente.
Según los expertos en tópicos de seguridad y defensa de los derechos humanos, este caso y otros que han existido reflejan la manera en que los grupos delictivos se aprovechan de la falta de acceso a la educación y empleo de los niños y adolescentes para hacerlos parte del crimen.
Datos de la Policía Federal (PF), la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Marina (Semar), revelan que, en 12 años, estas instituciones aprehendieron a 4 mil 350 menores de edad involucrados con el crimen organizado.
Esta información fue obtenida y publicada por el periódico El Universal.
En cuanto a las detenciones; en Chihuahua han sido 808; en Tamaulipas 644; Guerrero 470; Estado de México 279; Michoacán 277; Zacateca 2016; Nuevo León 204; Sonora 176; Veracruz 129; Ciudad de México 106 y Baja California 101.
Por su parte, Javier Oliva Posada, investigador de la UNAM y experto en temas de seguridad, comentó que a partir de 2005 los grupos del crimen organizado comenzaron a utilizar a menores, principalmente como halcones para que vigilaran que las autoridades no se acercaran a las zonas donde operaban.
Agregó que es atractivo ocupar a los menores porque en caso de ser arrestados, las penas a las que son condenados no son muy largas. Además, explicó que los jóvenes se caracterizan por ser de lugares marginados.
Un caso parecido al de Jiménez Lugo es el de María Celeste de 16 años, quien fue aprehendida en Jalisco por trabajar para Los Zetas.
En 2010 fue capturada, luego de un enfrentamiento. Declaró haber sido adiestrada para manejar distintos tipos de armas.
En 2015, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publicó su informe de la “Niñez, violencia y crimen organizado”, el cual detalla que alrededor de 30 mil niños han trabajado con grupos criminales realizando delitos como extorsión, piratería, tráfico de personas, drogas y armas.
Martín Barrón, integrante del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) detalló que, aunque los grupos del crimen organizado paguen poco dinero a los jóvenes para cometer delitos, éstos colaboran porque no tiene otra forma de salir de la pobreza.